Las plaquetas o trombocitos
son fragmentos citoplasmáticos pequeños, irregulares y carentes de núcleo, de
2-3 µm de diámetro,1 derivados de la fragmentación de sus células precursoras,
los megacariocitos; la vida media de una plaqueta oscila entre 8 y 12 días. Las
plaquetas desempeñan un papel fundamental en la hemostasia y son una fuente
natural de factores de crecimiento. Estas circulan en la sangre de todos los
mamíferos y están involucradas en la hemostasia, iniciando la formación de
coágulos o trombos.
Si el número de plaquetas es
demasiado bajo, puede ocasionar una hemorragia excesiva. Por otra parte si el
número de plaquetas es demasiado alto, pueden formarse coágulos sanguíneos y
ocasionar trombosis, los cuales pueden obstruir los vasos sanguíneos y
ocasionar un accidente cerebro vascular, infarto agudo de miocardio, embolismo
pulmonar y el bloqueo de vasos sanguíneos en cualquier otra parte del cuerpo,
como en las extremidades superiores e inferiores. Cualquier anormalidad o
enfermedad de las plaquetas se denomina trombocitopatía,2 la cual puede
consistir, ya sea en tener un número reducido de plaquetas (trombocitopenia),
un déficit en la función (tromboastenia), o un incremento en el número
(trombocitosis). Se pueden producir desórdenes que reducen el número de
plaquetas, como la púrpura trombocitopénica idiopática (PTI) y causan problemas
hemorrágicos. Sin embargo, otros como la trombocitopenia inducida por la
heparina pueden causar trombosis, o coágulos, en lugar de hemorragias.
(Tortora, 2007)
URL DE LA IMAGEN: http://www.ecured.cu/index.php/Conteo_de_plaquetas
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA:
Tortora, A. (2007).
Introducción a la Inmunología. (9na Ed.). España: Panamericana.
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